Apuntaba antes que, demasiado a menudo, en nuestro sector falta aire o el que circula está espesamente enrarecido. Y eso nos hace obtusos, escépticos, conformistas, tremendamente apáticos y miedosos. Escuchar a gente de fuera de nuestro estricto mercado regenera, aporta luz y da perspectiva. Porque nuestra marca, nuestra tienda va más allá del despacho o del mostrador.